El ser llamado vs. Ser comisionado

Profeta Cliff Bell

La comisión (o el nombramiento) viene por medio de nuestros padres espirituales (pastores) quienes nos conocen, han caminado con nosotros, nos han observado, y tienen una idea clara de nuestro estado de preparación, madurez, y carácter. 

Profeta Cliff Bell

COORDINADOR DE CI MÉXICO

El ser llamado vs. Ser comisionado

Por Profeta Cliff Bell

Me profetizaron que soy profeta.  ¿Ahora qué? 

Hay una diferencia grande entre recibir un llamado y el ser comisionado

Una de las cualidades poderosas de la profecía personal es que nos indica cuál es nuestro POTENCIAL en Cristo.  No necesariamente habla de nuestra REALIDAD del momento sino de lo que pueda suceder en nuestras vidas si cooperemos con Dios.   Si respondemos adecuadamente a dicha profecía, entonces el potencial se pueda convertir en realidad.  Ese proceso pueda ser un proceso rápido o pueda durar años. 

Muchos se han animado porque alguien les profetizó que tienen llamado a la vocación ministerial de profeta.  Mas debemos tomar en cuenta que la profecía personal (especialmente por medio de alguien que no es nuestro pastor o padre espiritual) NO es para comisionarnos o instalarnos a una posición o vocación ministerial. 

Como regla (aunque no una regla fija) una profecía personal que indica un llamado a uno de las cinco vocaciones (ministerios Efesios 4:11) debe de venir por medio de uno que es profeta reconocido y no por medio de alguien operando en el don de la profecía.  No recomendamos a los que se mueven en el don de la profecía andar profetizando vocaciones ministeriales a otros, sino reservar ese nivel de responsabilidad a aquellos que ejercen una vocación ministerial madura y reconocida. 

El don de la profecía por medio del creyente normalmente es reservado para asuntos menos pesados, asuntos de edificación, exhortación, y la consolación (1ª Corintios 14:3).  Claro, un creyente operando en el don de la profecía pueda recibir revelación mayor que su autoridad.  Tenemos que recordar que revelación no implica autorización.  Dios nos dará revelación mayor que nuestra autoridad para probarnos y para ver si sabemos cuándo callar la boca tanto como para abrirla. 

La comisión (o el nombramiento) viene por medio de nuestros padres espirituales (pastores) quienes nos conocen, han caminado con nosotros, nos han observado, y tienen una idea clara de nuestro estado de preparación, madurez, y carácter. El profeta itinerante solo percibe el potencial, no necesariamente la condición actual.  Es peligroso comisionar u ordenar alguien a una vocación ministerial (nombramiento a uno de los cinco ministerios Efe. 4:11) si no conoce bien a esa persona.  Los que se atreven hacerlo no son sabios y están corriendo riesgos grandes que puedan provocar confusión y daño. 

Muchos son llamados, pero pocos son escogidos. (Mateo 22:14)  Todos tienen más potencial que lo que han realizado.  Pocos son aquellos que han pasando por las pruebas necesarias del carácter con la actitud positiva, y que hayan hecho la inversión para prepararse con estudio bíblico,  sirviendo con fidelidad en el ministerio de otro. 

La parábola de los talentos nos ilustra el principio clave de que solo recibimos más responsabilidad y autoridad cuando hemos sido fieles con lo poco, y con lo que pertenece a otro (Mateo 24:14-30).  Esto también se puede ver claramente en la vida de Eliseo quien sirvió primero a Elías antes de entrar a su propio ministerio. 

Me preocupan los que a base de una o dos profecías comiencen a auto-nombrarse como “profeta” o “apóstol”.  Primero los nombramientos deben venir por medio de otros, por medio de nuestros padres espirituales.  En segundo lugar, los nombramientos deben de venir solo cuando ya existe suficiente EVIDENCIA que la persona YA está operando en dicha unción.  Los nombramientos deben de ser más bien un reconocimiento público de lo que ya se ha realizado y evidenciado en la vida del candidato.  

Además, tenemos que reconocer que HAY DIFERENTES NIVELES DE LLAMADO Y DE COMISIÓN.  

David fue llamado y hasta ungido por Dios por medio del Profeta Samuel para ser rey de Israel.  Su tiempo de llamado y ungimiento ocurrió cuando era apenas un adolescente.  DAVID ERA UN ADOLESCENTE NOBLE, PERO NO TENÍA LA MADUREZ, SABIDURÍA, EXPERIENCIA, NI FUERZA DE CARÁCTER PARA SER REY EN ESE MOMENTO.  

Después de recibir su profecía personal, David entró al proceso largo y duro de ser preparado.  Su nombramiento a “Rey de Israel” fue realizado EN ESCALAS así como él fue PROBADO EN CADA ÁREA DE SU VIDA.  Antes de ser nombrado como rey, fue probado como: 

  • Hijo fiel de Isaí.
  • Adorador.
  • Pastor de ovejas, lidiando con un oso y a un león.
  • Tañedor por el Rey Saúl.
  • Matador de gigantes.
  • Guerrero por Saúl.
  • Yerno de Saúl.
  • Perseguido por Saúl.
  • Líder de una banda pequeña de hombres endeudados, deprimidos, y desanimados.  Los formó en guerreros valientes.
  • General de un ejército pequeño.
  • Gobernador de Siclag.
  • Rey de dos Tribus de Israel.
  • Rey de todo Israel. 

Dios no está de prisa.  Dios prefiere la calidad que a los números.  Dios nos ama lo suficiente para probarnos en cada área del corazón antes de encargarnos la responsabilidad, autoridad, y unción que de otro modo nos podría inflar la cabeza y hacernos caer en la soberbia o peor. 

Si usted sabe que tiene llamado profético, usted pueda confiar en Dios a proveer todo lo necesario para que cuando llegue el cumplimiento del tiempo podrá desempeñar su ministerio.  Mientras tanto:

1. Sea un fiel alumno de la Palabra de Dios, la Biblia.

2. Aprenda todo lo que pueda de otros quienes ya están reconocidos e instalados en el mismo ministerio.

3. Siga bajo cobertura espiritual y sirviendo y apoyando el ministerio y visión de otro.  Dios nos probará si somos fieles en el ministerio de otro antes de entregarnos lo nuestro.

4. Aprovéchese de las oportunidades a servir – sea con los niños, en el asilo de ancianos, en el penal, en la cocina, en donde quiera que pueda servir.  Dios usa más a los quienes ya están haciendo lo que puedan con lo que tienen.

El servicio demuestra que tenemos el corazón correcto.  Los quienes se consideren demasiado importante para ministrar a los niños se han hecho mayores que Cristo Mismo.   Cristo ministró también a los niños y a los quienes no Le pudieron ofrecer nada. Usted puede confiar en que Dios tiene los tiempos de su vida y minsterio en Sus manos.  ¡Dios será fiel a usted!  Confíe en Su amor, bondad, y dirección en su vida. Si esta enseñanza le ha sido de provecho y edificación, ¡entonces compártala con otros! 

SOBRE EL PROFETA

Cliff
Bell

Cliff Bell es un profeta apostólico ordenado por Christian International. Cliff ha sido entrenado por el Dr. Bill Hamon y ha trabajado bajo su cobertura desde 1989. 

Desde 2001 Cliff ha viajado y ministrado como representante del ministerio Christian International a través de América Latina y Europa con su enfoque principal siendo la nación de México. 

Cliff actualmente es Director de Christian International México, es miembro de la junta directiva de la Red Global Christian International, y brinda cobertura a iglesias en México, Colombia, Venezuela, los EE UU y en Brasil. 

Cliff es autor de tres libros, ministra la Palabra de Dios con equilibrio y autoridad. Es buscado por las naciones para brindar enseñanza y entrenamiento profético y práctico. Es conocido por ministrar profecías acertadas con humildad y sencillez y con demostración del poder de Dios. Su pasión es levantar una generación profética y apostólica que hace las obras Cristo, exhibe el carácter y amor del Padre, y que establezcan el Reino de Dios hasta que Apocalipsis 11:15 sea una realidad. «Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos.» 

Cliff y su esposa Dianne, junto con sus seis hijos radican en Edinburg, Texas. 

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