Aunque vivimos en cuerpos naturales, somos seres espirituales. Nuestros cuerpos y vida natural dependen de nuestros sentidos naturales. Pero nuestro espíritu humano depende de nuestros sentidos espirituales. Como seres espirituales tenemos sentidos espirituales: ojos espirituales, oídos espirituales, etc., por medio de los cuales percibimos el mundo espiritual. 

¿Has conocido de una persona ciega que no pudo ver nada, pero que había desarrollado una sensibilidad mayor para oír y distinguir sonidos que otros no podían? ¿Cómo puede suceder esto? Es que desarrollamos los sentidos de los cuales estamos dependiendo. 

Entonces, no es que no tienen la capacidad de percibir espiritualmente, sino que les falta desarrollar los sentidos espirituales. Si queremos desarrollar nuestros sentidos espirituales tenemos que depender en ellos más. Tenemos que decidir intencionalmente vivir por el espíritu, andar por el espíritu. 

Podríamos ilustrar lo que sucede en el mundo espiritual con un radio. El radio es el receptor que percibe y recibe las ondas de radio que nuestros oídos naturales no pueden percibir. La primera cosa que tenemos que hacer es prender el radio. Ya que el radio está prendido, tenemos que sintonizarlo a la difusora (la voz) correcta. Así como hay muchas difusoras y canales de radio, hay también muchas voces en el mundo espiritual – pero solo una es de Dios, la Voz de Verdad. 

¿Cuántos se acuerdan de los carros que tenían radios con botones que se podían pre-programar para sintonizar rápidamente a nuestros canales favoritos? Al oprimir un solo botón, podíamos oír instantáneamente ese sonido tan familiar que agrada a nuestra alma… 

La verdad es que nuestro espíritu ya está prendido, y nuestros sentidos están funcionando a cierto nivel. Pero estamos PRE-PROGRAMADOS a sintonizarnos a las VOCES FAMILIARES y agradables a nuestra carne, ceguera y sordera – pero no necesariamente a la de Dios. 

Otra cosa que tomar en cuenta… Si vives muy cerca de cierta difusora de radio, esa señal te llegará con mayor claridad y fuerza. Las señales de las difusoras más lejos son más débiles a nosotros, y frecuentemente hay distorsión en la recepción. Cuanto más lejos vives de una difusora, más difícil será agarrar la señal. Aquí hay otro principio. Si quieres oír y discernir la Voz de Dios tienes que vivir apegado a Él. 

Parece que algunos están tratando de ver qué tan cerca del mundo puedan vivir y seguir siendo “salvos” – eso demuestra una falta de aprecio y de amor por Dios. Los que son amigos del mundo son enemigos de Dios. Otra vez lo reitero… Si queremos tener una buena recepción de la Voz de Dios, tenemos que vivir apegados a Él. 

La Verdad nos puede incomodar y requerir un cambio, un arrepentimiento, etc. Pero las voces de los espíritus de la carnalidad, del orgullo, del egoísmo, del engaño, y de la ofensa, etc., nos suelen ser muy agradables. 

NOSOTROS TENEMOS QUE DECIDIR INTENCIONALMENTE BUSCAR LA VERDAD PARA OÍR LA VOZ DE DIOS. Tenemos que amar a la Verdad, querer la Verdad aunque nos duela, y obedecer la Verdad a nuestras vidas si queremos seguir siendo sintonizados a la Voz de Dios. 

En San Juan 18:37 Jesús dijo, «los que son de la Verdad oyen Mi Voz.» 

¿Amas a la Verdad? 

¿Buscas la Verdad con todo tu corazón? 

¿Estás dispuesto a vivir de acuerdo con la Verdad aunque te incomode? 

Cuanto más puedas responder «sí», y reconociendo que la Biblia es nuestra vara de medir en cuanto a la Verdad, entonces más podrás desarrollar tu habilidad de discernir la Voz de Dios.