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Los profetas necesitan recordar que Dios puso al pastor como autoridad dentro de la iglesia local. Los cinco ministerios deben de colaborar como un equipo bajo la dirección del Espíritu Santo. Esto es posible cuando hay honra mutua, cuando cada uno conoce sus límites.

Profeta Cliff Bell

COORDINADOR DE CI MÉXICO

La honra engendra honra y favor.

En una ocasión el pastor de una iglesia bautista me invitó a ministrar en su iglesia porque fue presionado por su pastor asociado me había escuchado. Cuando llegué, sus primeras palabras a mí fueron: «Esta es una iglesia bautista. No creemos en profetas ni apóstoles modernos, ni tampoco en el bautismo del Espíritu Santo ni los dones.»

Yo le saludé con una sonrisa, y le agradecí por el honor de haber sido invitado, y le respondí: «Conozco bien la doctrina de la Iglesia Bautista, y amo a los bautistas. Mi mamá recibió a Cristo en una iglesia bautista. Amo a mis amigos bautistas, porque aman la Palabra de Dios, estudian la Biblia y la ponen en práctica mejor que muchos pentecostales. Los bautistas son apasionados por las misiones y el evangelismo. Yo comparto todos estos valores. Yo vine para servirle y no para provocar confusión. Reconozco su autoridad como pastor de esta congregación y someto a usted toda ministración que pretendo realizar aquí.»

El pastor pareció sorprendido con mis palabras. Yo continué: «Si usted me permite, y sólo si usted me da permiso, me gustaría presentar otra perspectiva bíblica acerca del bautismo del Espíritu Santo y el hablar en lenguas.» Después de pensarlo unos momentos me autorizó hacerlo con una sola condición, para no hacer un llamado al altar. Yo le agradecí la confianza que me brindó, y me comprometí a guardar los límites que había definido.

La unción del Espíritu Santo me ayudó, y cuando terminé la enseñanza, hice una oración general y me senté. El pastor tomó el micrófono y anunció: «Yo antes tenía mis dudas, pero ahora estoy convencido de lo que los ministerios del apóstol y profeta, el bautismo en el Espíritu Santo y los dones son vigentes hoy en día, y como congregación necesitamos proceder en esa dirección.»

Cada uno de los cinco ministerios tiene una unción y responsabilidad particular.

Los profetas necesitan recordar que Dios puso al pastor como autoridad dentro de la iglesia local. Los cinco ministerios deben de colaborar como un equipo bajo la dirección del Espíritu Santo. Esto es posible cuando hay honra mutua, cuando cada uno conoce sus límites y no usurpa la autoridad de otro. El profeta no es mayor que el pastor. Cuando visites una iglesia local, sométete a la autoridad del pastor que preside ahí. El pastor es responsable por la salud espiritual de la congregación. No le dejes un desastre que limpiar.

Sea consciente de las doctrinas que promueven en la iglesia que te recibe.

Si acaso no estás de acuerdo con ellos acerca de una doctrina o práctica, (ejemplo: si las mujeres necesitan ponerse un velo o no), evite ese tema desde el púlpito. Puedes tener una conversación respetuosa con el pastor en privado, porque así aguza el hierro con hierro. Pero no es tu lugar cambiar la visión, estructura, ni doctrinas de la iglesia.

Una de las cosas más dañinas es cuando un profeta invitado levanta ofrendas sin que el pastor se lo pida.

El administrar las ofrendas es la responsabilidad del pastor, no la tuya. Ni promuevas tu propio ministerio o mercancía sin su permiso previo. Tampoco te corresponde ordenar o comisionar a alguien a un cargo ministerial. Es una cosa profetizar cuál es el llamado potencial que uno tenga, pero el pastor sabe si esa persona tiene la madurez, carácter y fruto suficiente para ser comisionada.

Tenga cuidado cuando los miembros de la congregación te piden consejos para sus vidas.

Ese carril corresponde al pastor, no a ti. Permita que el pastor los pastorea. Algunos te harán una pregunta tramposa como, «¿Qué opinas de un pastor que hace tal y tal cosa?» ¡Tenga cuidado! Probablemente, esa persona está ofendido con su pastor, y ahora está buscando que tú, como profeta, justifiques su ofensa o rebeldía. Siempre hay otro lado de la historia. Ejerce prudencia, y sugiérales a tener una conversación sincera con su pastor.

Es normal que algunos miembros de la congregación te busquen para invitarte a comer o a cenar. ¡Gracias a Dios por personas hospitalarias! Más tome en cuenta que el pastor pueda haber hecho otros arreglos. Así que, agradéceles la invitación, e instrúyales a presentarla al pastor para evitar confusión.

Si formas una amistad con uno de los miembros, tenga cuidado a manejar esa amistad de una manera que honra a su pastor, y no para reemplazarlo en sus vidas. He visto a profetas sin escrúpulos dividir iglesias y utilizar a tales amistades para iniciar iglesias nuevas y así hacer crecer su propia red ilegítima. Administrando tus relaciones ministeriales con honra y respeto mutuo, resulta en amistades duraderas, un buen testimonio sin reproche, la Iglesia es edificada y Dios es glorificado.

AUTOBIOGRAFÍA

Profeta
Cliff Bell

Cliff Bell es un profeta apostólico ordenado por Christian International. Cliff ha sido entrenado por el Dr. Bill Hamon y ha trabajado bajo su cobertura desde 1989. Desde 2001 Cliff ha viajado y ministrado como representante del ministerio Christian International a través de América Latina y Europa con su enfoque principal siendo la nación de México. Cliff actualmente es Director de Christian International México, es miembro de la junta directiva de la Red Global Christian International, y brinda cobertura a iglesias en México, Colombia, Venezuela, los EE UU y en Brasil.

Cliff es autor de tres libros, ministra la Palabra de Dios con equilibrio y autoridad. Es buscado por las naciones para brindar enseñanza y entrenamiento profético y practico. Es conocido por ministrar profecías acertadas con humildad y sencillez y con demostración del poder de Dios. Su pasión es levantar una generación profética y apostólica que hace las obras Cristo, exhibe el carácter y amor del Padre, y que establezcan el Reino de Dios hasta que Apocalipsis 11:15 sea una realidad. «Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos.»

Cliff y su esposa Dianne, junto con sus cuatro hijos se radican en Edinburg, Texas.

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La profecía personal a individuos es una manera de ministrar, pero no es el propósito principal de un profeta.  Si Dios te está enviando habrá una palabra profética corporativa, un mensaje clave, y una impartición que será para toda la congregación.

Profeta Cliff Bell

COORDINADOR DE CI MÉXICO

El profeta itinerante puede ser una bendición tremenda que edifica la congregación y que la impulsa hacia adelante en los propósitos de Dios. Tristemente, existen demasiadas experiencias cuando el profeta itinerante devastó y dividió la congregación porque no representó bien a Cristo. En los últimos 25 años de viajar y ministrar en toda clase de iglesia cristianahe identificado algunas pautas para la ministración efectiva para los profetas itinerantes y su interacción con los pastores que los reciben.   

1. Primero, asegúrate que la invitación es legítima.

Para un profeta que apenas está iniciando, pueda ser emocionante recibir una invitación.  Pero no toda puerta abierta es de Dios. El diablo también abre puertas para distraerte o destruirte. Hay también puertas que son apenas ideas del hombre. Siempre es de provecho tener una conversación con el pastor que te invitó para conocer mejor y discernir la “tierra” en la cual estarás sembrando.  Me ayuda saber cómo inició el ministerio, a quién rinden cuentasy sus conexiones ministeriales.    

Algunas invitaciones parecen muy buenas, ofrecen pagar todos los gastos y aparte una ofrenda generosa, pero una investigación más profunda revela serios problemas del carácter y una falta de ética o de moralidad departe del pastor.  Si te vas, estarías afirmando con tu presencia algo que Dios no puede afirmar, y podrá ser un estorbo con otros pastores legítimos. Como en cualquier decisión, ora primero, y sea guiado por el Espíritu Santo y no presionado por el hombre. 

Me acuerdo de una invitación que pareció genial. Pero mi esposa, Dianne, sintió una inquietud; no me pudo explicar el por qué, pero no tenía una paz acerca de mi participación. Decidí prestar atención a mi esposa porque somos un equipo y necesitamos estar en unidad. En tiempo, descubrimos que hubo problemas muy serios de moralidad con los líderes en aquella congregación.  Otro profeta que fue me dijo, “dé gracias a Dios que no te fuiste, porque esa iglesia casi me destruyó.”  Doy gracias a Dios por la Voz del Espíritu Santo por medio de mi esposa.  

2. Para evitar sorpresas, hable con el pastor de antemano acerca de las expectativas financieras.

¿Quién será responsable de pagar los gastos del viaje, hospedaje, etc.?  ¿Planean ofrecerte una ofrenda u honorariosPersonalmente, siempre he ministrado a base de «ofrendas de amor», sin especificar una cantidad mínima, porque no quiero limitar en dónde me pueda enviar Dios.  De cualquier modo, debes tener firme en tu corazón que Dios es tu Fuente de provisión, no el hombre.  Si el hombre no cumple con lo debido, el Señor siempre te será fiel.    

3. En tu conversación con el pastordefine el propósito de tu visita.

¿Qué quieres ver logrado?  ¿Busca edificación y ministración de un profeta o entretenimiento de un adivino? 

4. Acuerde con el pastor de antemano acerca de tiempos razonables para la palabra y la ministración, y respete los tiempos definidos.  

Yo nunca prometo profetizar a todos los presentes, aunque lo he hecho muchas veces. En términos prácticos, si puedes ministrar efectivamente a 30 personas en dos horas, y hay 300 personas presentes, 270 personas estarán esperando dos horas sin ser ministrados, y algunos se irán a casa sintiéndose decepcionadas. Cuando hay una multitud, pide al Señor la posibilidad de ministrar también a unos grupos de personas (los intercesores, los emprendedores, universitarios, etc.).  Luego, pueden programar un tiempo aparte para ministrar a gente clave escogida por el pastor cuando la multitud no necesita estar presente.   

La profecía personal a individuos es una manera de ministrar, pero no es el propósito principal de un profeta.  Si Dios te está enviando habrá una palabra profética corporativa, un mensaje clave, y una impartición que será para toda la congregación. Los que tienen oídos para oír, oirán y recibirán lo que Dios te envió para impartir.  

Al profetizar a individuos, siempre provee una manera de grabar las profecías. No es suficiente depender de que las personas utilicen sus dispositivos, porque muchos ni saben cómo operarlosles falta espacio, o sus pilas están agotadas. Yo traigo mi propia grabadora digital, y después envío todas las grabaciones individuales al pastor para que las distribuye a los que fueron ministrados. Inicio cada grabación con el nombre de la persona ministrada. De esa forma cada persona puede escuchar, juzgar y responder adecuadamente a su profecía, y hay un registro de lo profetizado para evitar malentendidos.  

5. Seguimiento, retroalimentación y cultivo de amistades.

Después del tiempo de ministración, consulte con el pastor nuevamente para asegurar que tiene lo que necesita para dar seguimiento.  Además, solicite su retroalimentación, y bríndele la oportunidad para hacer preguntas y aclarar dudas. Dé seguimiento con el pastor para cultivar la amistad.  Si la iglesia fue edificada, una visita de ministración exitosa puede multiplicarse en muchas más.

AUTOBIOGRAFÍA

Profeta
Cliff Bell

Cliff Bell es un profeta apostólico ordenado por Christian International. Cliff ha sido entrenado por el Dr. Bill Hamon y ha trabajado bajo su cobertura desde 1989. Desde 2001 Cliff ha viajado y ministrado como representante del ministerio Christian International a través de América Latina y Europa con su enfoque principal siendo la nación de México. Cliff actualmente es Director de Christian International México, es miembro de la junta directiva de la Red Global Christian International, y brinda cobertura a iglesias en México, Colombia, Venezuela, los EE UU y en Brasil.

Cliff es autor de tres libros, ministra la Palabra de Dios con equilibrio y autoridad. Es buscado por las naciones para brindar enseñanza y entrenamiento profético y practico. Es conocido por ministrar profecías acertadas con humildad y sencillez y con demostración del poder de Dios. Su pasión es levantar una generación profética y apostólica que hace las obras Cristo, exhibe el carácter y amor del Padre, y que establezcan el Reino de Dios hasta que Apocalipsis 11:15 sea una realidad. «Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos.»

Cliff y su esposa Dianne, junto con sus cuatro hijos se radican en Edinburg, Texas.

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Practica la honra. La honra engendra honra.  Pastores buenos no buscan impedir al mover del Espíritu Santo sino facilitarlo en orden para provecho.  Pida que Dios te dé Su perspectiva del pastor, para poder honrarlo genuinamente, sin halagos ni adulaciones.  Comunique tu aprecio al pastor; Haz que se sienta valorado. Ora por él/ella que Dios le de discernimiento y sabiduría.

Profeta Cliff Bell

COORDINADOR DE CI MÉXICO

El Profeta y su Pastor

A menudo recibo mensajes de personas que tienen un posible llamado de profeta, pero que batallan por tener una relación sana con su pastor. Algunos creen que su pastor no le toma en serio o que no da lugar para una profecía en el culto. Aunque existen algunos pastores así, la mayoría desean facilitar el mover del Espíritu.

Voy a limitar este artículo a los profetas que están en una iglesia que acepta la vigencia de los ministerios del apóstol y profeta.  Si el pastor no cree en los cinco ministerios, y te presentas como un profeta, te percibirá como una amenaza, y no te irá bien ahí.

Cada miembro del Cuerpo de Cristo, incluyendo profetas, necesita estar establecido en una congregación y aprender a tener comunicación sana y respetuosa con su pastor. Muchos dicen que tienen un pastor, pero pocos permiten que su pastor le pastoree.  Yo creo que es esencial que todo profeta sea pastoreado y que rinda cuentas a su pastor si pretende ser un vocero de Dios.  Los tipos independientes suelen hacer mucho daño. Así que rechaza al rechazo, conéctate y sométete.

Hebreos 13:17 nos manda obedecer a nuestros pastores y someternos a ellos, porque ellos velan por nuestras almas.  El alma es el «psique», o el corazón. Ministramos más que palabras; ministramos lo que está en el corazón, porque, «de la abundancia del corazón habla la boca» (Mateo 12:34).

Recientemente experimentamos una helada fuerte en donde vivo, y unas tuberías entre nuestro vecindario y la fuente del agua se reventaron y se contaminaron.  Tuvimos que hervir el agua hasta que pudieron reparar las tuberías y eliminar las impurezas.  Lo que Dios (la Fuente) nos habla a nuestro espíritu humano es una palabra pura, pero antes de que esa palabra pueda salir por nuestras bocas, pasa primero por el corazón (la tubería). Un corazón contaminado resulta en una palabra contaminada.

El pastor es responsable por la salud del rebaño, y procura asegurar que toda ministración sea de provecho (1ª Cor. 12:7). Protege al rebaño de los lobos, de las divas, y de palabras almáticas o jezabélicas.  El pastor corre un riesgo cada vez que le presta el micrófono a otro, pero ayuda si sabe que la persona es digna de confianza y enseñable.

Voy a suponer que el profeta tiene su vida en orden: matrimonio, moralidad, madurez, que diezma con alegría, y que sirve fielmente en la iglesia.  etc., (Las 10 M’s, como escribe el Dr. Bill Hamon en su libro, «Los Profetas, Peligros y Principios»). Si una o más de estas piedras de cimiento nos están en orden, resultará en una falta de confianza.  

Practica la honra. La honra engendra honra.  Pastores buenos no buscan impedir al mover del Espíritu Santo sino facilitarlo en orden para provecho.  Pida que Dios te dé Su perspectiva del pastor, para poder honrarlo genuinamente, sin halagos ni adulaciones.  Comunique tu aprecio al pastor; Haz que se sienta valorado. Ora por él/ella que Dios le de discernimiento y sabiduría.

Sigue el protocolo profético establecido.  Dios nos mandó ministrar los dones espirituales «decentemente y con orden» (1ª Corintios 14:40).   Si tu pastor no ha establecido un protocolo para la ministración profética, pídale cuál será la manera aceptable de someter palabras proféticas, y sígala.  Si el pastor no establece un protocolo, entonces escribe lo que percibiste, y sométaselo en privado.

«Someter» una profecía al pastor significa que permites que el pastor la juzga y determine si es de Dios o no (1ª Corintios 14:29).  Conozco de algunos que, en vez de someter la profecía, casi se lo arrojan al pastor con un «Dios me dijo» muy dramático.  Esa actitud y presentación se comunica al pastor que eres un soberbio, manipulador (¿quién puede discutir con Dios?), y que no respetas su autoridad.

Es mejor usar terminología como: «Percibí lo siguiente, y creo que pueda ser de Dios, y se lo someto a usted para evaluar».  Si era de Dios, Dios puede convencer al pastor. Luego pide al pastor su retroalimentación.  Hónrale. Hazle saber que le valoras y apoyas.

La confianza se gana, por lo tanto, sé transparente y enseñable. Nunca profetices a nadie de la congregación sin la autorización del pastor.  Grabe cada profecía que ministres a otros, y disponga las grabaciones al pastor. 

Nadie es infalible.  Si el pastor cuestiona una profecía, no te ofendes. Recibe la corrección / retroalimentación con humildad.

En conclusión, si el profeta (1) tiene su vida en orden, (2) sirve fielmente, (3) honra la autoridad, (4) sigue el protocolo y somete las profecías debidamente, y (5) si el pastor pueda ver que las profecías son consistentemente acertadas, en tiempo puedas ganar su confianza, y hay potencial para formar un equipo eficaz en el Reino de Dios.  

AUTOBIOGRAFÍA

Profeta
Cliff Bell

Cliff Bell es un profeta apostólico ordenado por Christian International. Cliff ha sido entrenado por el Dr. Bill Hamon y ha trabajado bajo su cobertura desde 1989. Desde 2001 Cliff ha viajado y ministrado como representante del ministerio Christian International a través de América Latina y Europa con su enfoque principal siendo la nación de México. Cliff actualmente es Director de Christian International México, es miembro de la junta directiva de la Red Global Christian International, y brinda cobertura a iglesias en México, Colombia, Venezuela, los EE UU y en Brasil.

Cliff es autor de tres libros, ministra la Palabra de Dios con equilibrio y autoridad. Es buscado por las naciones para brindar enseñanza y entrenamiento profético y practico. Es conocido por ministrar profecías acertadas con humildad y sencillez y con demostración del poder de Dios. Su pasión es levantar una generación profética y apostólica que hace las obras Cristo, exhibe el carácter y amor del Padre, y que establezcan el Reino de Dios hasta que Apocalipsis 11:15 sea una realidad. «Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos.»

Cliff y su esposa Dianne, junto con sus cuatro hijos se radican en Edinburg, Texas.

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El jueves 25 de febrero pasado realizamos el Conversatorio Profético en línea: Mujer Profética, Maestras del Bien. Puedes verlo aquí. Contamos con cuatro invitadas de lujo: Profeta Mercedes de Aquino (El Salvador), Profeta Magda Felix (México), Pastora Vilma de Aquino (El Salvador) y Profeta Victoria Iraheta (Estados Unidos). A continuación presentamos los principales principios impartidos para toda la comunidad profética.

Al igual que Loida y Eunice, Dios nos permitirá ver a generaciones de Timoteos predicando en las naciones. Dios está haciendo surgir a las mujeres del anonimato para ponerlas al frente de la batalla. ¡Viene el fruto de nuevas generaciones y de engendrar un ADN profético!

Profeta Mercedes de Aquino

EL SALVADOR

No importa tu función actual en los siete montes de la cultura, ahí Dios hará que te levantes. ¡Dios te usará! Más allá de los milagros, el ministerio y lo sobrenatural, mi mayor experiencia ha sido ser madre. Hoy en día necesitamos ser mujeres proféticas, alineadas a la voz de Dios, para caminar en su voluntad.

Profeta Magda Felix

MÉXICO

Los desafíos de las mujeres jóvenes hoy responden a diferentes roles. Nuestros hijos y nuestra familia son nuestro primer ministerio. La responsabilidad de enseñanza de cada hijo es de cada madre. Dios nos pedirá responsabilidad de qué tan lejos llegaron nuestras saetas (hijos e hijas). Debemos proveer un ambiente espiritual en la casa, más que las necesidades materiales. ¡Debemos ser mujeres enseñables!

Pastora Vilma de Aquino

El salvador

Si amamos a nuestros hijos hay que poner límites. Si no ponemos límites o disciplina, en el futuro causará destrucción a sus vidas o familias. ¡Hay que disciplinar en todas las áreas! ¡La desobediencia no trae honor a Dios! ¡El Espíritu nos guía y nos capacita  para poder disciplinar! ¡No hay que tener miedo! ¡Ese es nuestro trabajo!

Profeta Victoria Iraheta

ESTADOS UNIDOS

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Palabras Proféticas: Pasando por el Cernidor

Cuando hablamos de asuntos proféticos, nos adentramos en un territorio poderoso, sin embargo, vivimos tiempos donde lo profético ha sido llevado a diferentes extremos.

Por un lado, existe el sensacionalismo profético: todos profetizan y pueden decir: “Así dice el Señor…”, y no es que no todos puedan profetizar, sino que algunos por falta de formación y carácter llegan a cometer errores que sirven de excusa para cerrar las puertas a lo profético. Por otro lado, lo profético ha sido encajonado en un perfil místico, de manera que las palabras y acciones proféticas cuentan con una fuerte carga de misticismo más que de espiritualidad, llevándonos a la frontera de lo “oculto”, una frontera que no debemos cruzar.

Ahora bien, ante estos casos, surgen las preguntas: ¿Qué hacemos con lo profético? ¿Cómo podemos saber que lo que he recibido de Dios es para ser profetizado o es una comisión de oración? ¿Cerramos nuestras puertas a lo profético o dejamos que lo profético fluya? ¿Cómo sé que Dios me está hablando y qué hacer con ello? Éstas son algunas de las preguntas que surgen y que es nuestro deseo poder ayudar a aclarar.

39 Por lo tanto, mis amados hermanos, con todo corazón deseen profetizar y no prohíban que se hable en lenguas; 40 pero asegúrense de que todo se haga de forma apropiada y con orden. 1 Corintios 14: 39 -40 (NTV).

A través de este pasaje, el Apóstol Pablo insta a los corintios y a cada uno de nosotros a permitir que lo profético sea una constante y, después de ello, introduce dos conceptos: DE FORMA APROPIADA y CON ORDEN. Para poder cumplir con estas dos cualidades y responder a las preguntas anteriores, queremos compartir contigo algunos puntos que nos permitirán pasar nuestras palabras proféticas por un cernidor.

Filtros para la revelación

1. Revelación

Es importante saber que TODOS recibimos revelación de parte de Dios, Él desea mostrarse y hablar a cada uno de nosotros, y, para hacerlo, usará nuestros sentidos, nos permitirá ver, oír o sentir en nuestro ser aquello que quiere mostrarnos. Debemos reconocer cuál es la forma en la que Dios se comunica mayormente a nuestra vida.

Cuando hablamos de revelación no estamos hablando de algo místico y complejo, sino que, en muchas ocasiones, Dios habla según el lenguaje del receptor, por ejemplo:

Dios habló:

  • A Moisés a través de una zarza que ardía. Éxodo 3
  • A Pedro y Andrés en el lenguaje de la pesca para que estos pudieran comprender su llamado. Mateo 4: 18 – 20
  • A Pedro a través de una visión pasa hacerle saber que las Buenas Nuevas tendrían que ser anunciadas a los gentiles. Hechos 10: 13 – 15.

La revelación es clara y precisa en los tres ejemplos anteriores. Cuando Dios nos revela algo, esta revelación será clara y precisa y, sobre todo, tiene un sustento bíblico. Cada vez que yo reciba una revelación, debo hacerme las siguientes preguntas:

¿De dónde vino esta revelación? ¿De mi espíritu, de mi alma o de mi carne? Muchas ocasiones estamos atribulados por los eventos a nuestro alrededor y lo que recibimos está influenciado por dichos eventos y existen casos dónde la revelación es resultado de un sentimiento o impresión personal, si este es el caso, debemos animarnos a afinar nuestra forma en la cual recibimos de Dios y, sobre todo, ser íntegros al reconocer el origen de nuestra revelación.

¿Es bíblico la forma y lo que recibo? Todo aquel que ama a Dios y fluye en lo profético debe tener como base y sustento su palabra, La Biblia. Debemos ser oidores y hacedores de la palabra de verdad. Santiago 1:22. Entre más comunión y fundamento (lógos) tengamos las revelaciones (rhémata) tendrán una mayor claridad y sentido. Recordemos que nuestra vara de medir no es el pensamiento del hombre sino el pensamiento mismo de Dios y, por ello, al ser una revelación un pensamiento expresado de Dios, éste siempre concordará con sus pensamientos ya escritos, su Palabra.

2. Interpretación.

Existe una regla acerca de la interpretación Bíblica, dada por los estudiosos de ésta: “La escritura se interpreta a sí misma”. Esto es poderoso, quiere decir que, a lo largo de toda la escritura, no encontraremos error y sí armonía y afirmación de cada palabra que Dios ha hablado. A pesar de estar escrita en diferentes temporadas y por diferentes hombres, la escritura concuerda en todo y nunca se contradice.

16 Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñarnos lo que es verdad y para hacernos ver lo que está mal en nuestra vida. Nos corrige cuando estamos equivocados y nos enseña a hacer lo correcto. 17 Dios la usa para preparar y capacitar a su pueblo para que haga toda buena obra. 2 Timoteo 3: 16 -17 (NTV).

Por ello, todo profeta debe ser un apasionado de la Palabra de Dios, y no sólo apasionado, sino un buen trazador de la misma (2 Tim. 2:15). Para ello es importante poder no sólo leer un pasaje y ya, sino leer el pasaje en su contexto. Esto nos permitirá conocer la idea clara de lo que Dios está hablando. Toda profecía debe tener una base bíblica, pero si no conocemos su palabra se nos será difícil encontrar esas bases necesarias para interpretar lo que Dios nos está hablando proféticamente.

Nos gustaría aclarar algo muy importante: todo extremo es peligroso, algunos podrán decir que mucha letra mata y otros que la ausencia de esto nos lleva a los errores bíblicos. Por ello recomendamos siempre situarnos a la mitad de ambas posturas: es necesario aprender para interpretar y también es muy necesario tener experiencias de comunión con Dios para conocer la forma en cual Él opera.  Que la letra cobre vida al ser practicada y estudiada.

Algo muy importante que también podría ayudarnos en cuestiones de interpretación es que toda revelación que recibamos sea expuesta a una comunidad madura y entendida. Recordemos:

Donde no hay dirección sabia, caerá el pueblo; Mas en la multitud de consejeros hay seguridad. Proverbios 11:14 (RV-60).

Cuando compartimos con una comunidad lo que hemos recibido de parte de Dios y lo ponemos a prueba, damos muestra de nuestro corazón (humildad y la capacidad de ser enseñables), ya que al saber que esta comunidad es madura y entendida de lo profético, podemos hallar consejo, dirección y aún una mayor afinación respecto a lo que Dios nos está mostrando y como proceder con ello. Esto también será un blindaje para que en nuestro corazón no se asiente el orgullo y la vanidad. Compartir con otros es una señal de que hemos comprendido que somos parte del Cuerpo de Cristo.

3. Aplicación.

Toda revelación dada por Dios debe ser práctica. Cuando Dios habla, nos invita a actuar. Cuando la voz de Dios es manifestada, nos pone en movimiento con la finalidad de liberar, sanar, edificar, levantar. Podemos ver cómo a lo largo de la escritura cada vez que Dios habló, daba indicaciones para que las promesas fueran cumplidas, afirmaba los corazones respecto a la tarea que les había sido asignada y revelaba estrategias para resolver asuntos o ganar batallas.

He podido ver cómo en el momento en que Dios habla a su pueblo, éste comienza a ser movilizado y posicionado por la palabra que Dios está hablando a su corazón. Sí Dios te está hablando seguramente quiere que entres en movimiento, Él desea que avances, que crezcas y para ello está hablando. Él en este tiempo tiene el interés de glorificarse y por ello HABLA HOY. Cuando recibamos revelación de Dios acerca de algo, yo debo preguntarme: ¿a qué me está llevando esta revelación? No sólo a conocer, sino también a hacer.

4. Evaluación.

¿Recuerdas los momentos de evaluación en la escuela? Para algunos la palabra evaluación puede parecer no apropiada, sin embargo, cuando adquirimos un nuevo conocimiento, naturalmente es necesario que ese aprendizaje reciba una evaluación. Algo similar sucede con la palabra profética, ya que has pasado por los puntos anteriores, llegamos a éste, en el cual nuestra revelación debe pasar su prueba. Es en este punto donde revisamos si lo que yo he profetizado se puede medir en hechos, si hay evidencias de lo que hemos hablado.

Cumplimiento sería una palabra clave de esta evaluación. Sin embargo, hay palabras proféticas que no se cumplen debido a la actitud de aquellos que la reciben, eso será tema en otro momento. Lo que sí queremos destacar es si lo que yo he profetizado ha tenido un impacto conforme a lo establecido por Dios y si hay testimonio de ello a través del tiempo y los hechos.

Nuestra actitud ante la evaluación debe ser:

  • Velar.
  • Orar.
  • Pelear.

En muchas ocasiones deberemos esperar para ver el cumplimiento de la palabra profética y para ello debemos tener la actitud correcta.

Con estos consejos para cernir nuestra palabra profética, podemos tener una serie de filtros que nos permitirán crecer y desarrollarnos en lo profético de una forma sana y saludable, guardando la integridad de lo que recibimos de Dios y la de nuestro corazón. Así que te animamos a no dejar de profetizar y anhelar oír a Dios y crecer saludable en el ministerio profético.

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